Del abandono a la paz

Entre sueños que intentan quitarme la paz y  la tristeza que sin saber por qué aparece nuevamente, camino en la confianza que pronto encontraré una explicación... sí, hoy digo como Condorito: ¡exijo una explicación!
Sin embargo no desespero, me mantengo en calma, porque aprendí a dejar todo en manos de mi Señor. En Él me abandono, a Él le entrego mis pensamientos, mi mente, inconsciente y subconciente.
Recordé las enseñanzas de padre Ignacio Larrañaga, en su libro Del abandono a la paz. Abandono no es desánimo o resignación. El padre Larrañaga nos enseña que debemos luchar por todo aquello que tiene solución. Pero sino encontramos ninguna debemos abandonarnos en Dios. Esto es dejar las cosas que no se consiguen en las manos de Dios, silenciando nuestra mente y dejando que entre la paz en el corazón, al decir: "Hagase tu voluntad".
Esto no significa creer que Dios nos manda enfermedades y desgracias para castigarnos y que nuestro sufrimiento sea su voluntad. Como lo explica muy bien Neil Velez, Dios como el mejor Padre, quiere nuestro bienestar y lo mejor para nosotros. Pero muchas veces no entendemos lo que estamos viviendo o no vemos con claridad lo que está ocurriendo. Y hasta que lo tengamos claro debemos manternernos en la paz de Dios, que no es la misma que da el mundo. Sino esa paz que contempla el dolor para entender lo que debemos aprender, lo que debemos superar o practicar y hacer la voluntad de Dios. Mantener la paz con la vista fija en Jesús, esperando en Él.
Creer esto es el primer paso para ver milagros en nuestras vidas. Luego  la fe, que es creer que vamos a recibir lo que estamos creyendo, la certeza de lo que no se ve, nos llevará a pedir las soluciones de lo que una vez creimos imposible y veremos la gloria de Dios.

Les comparto un bonito mensaje de Neil Velez.



Caminando en la Paz de Dios
Neil Velez
1 Pedro 2,24
Por Sus Llagas
"Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo"
[Juan 14,27]
Casi todos conocemos la historia de Pedro caminando sobre las aguas. [Mateo 14]. Y que poco después que comenzó a caminar, comenzó a hundirse.

No podemos culpar a Pedro de hundirse, porque la verdad es que sí, camino sobre las aguas, y eso es más de lo que tú o yo hagamos hecho. No lo podemos culpar, pero si podemos examinar las razones del por qué comenzó a hundirse. El ejemplo de Pedro, cuando lo aplicamos a nuestras vidas, nos ayudará a caminar continuamente en la paz de Dios.

Mientras Pedro caminaba sobre las aguas, algo pasó que hizo que él quitara su mirada de Jesús y empezará a hundirse. Las olas azotaban fuertemente y Pedro titubeó en su fe. Las circunstancias causaron que Pedro se hundiera y las circunstancias hoy, nos robaran de la felicidad y alegría, y no nos dejarán alcanzar lo que por fe es nuestro. Como Pedro, nos hundiremos cuando quitemos nuestra mirada de Dios y pongamos atención a las circunstancias que nos rodean. No podemos quitar la mirada de Dios y enfocarla en la depresión, tristeza, y enfermedades que azotan nuestras vidas diariamente.

Enfocándonos en lo que sentimos es la primera cosa que nos robará la fe y nos impedirá caminar en paz. Hoy en día hay tantas cosas que sentir - especialmente el estilo de vida tan rápido que llevamos. Cuando dejamos que las presiones diarias nos quiten la mirada de Dios, no podremos caminar en paz. La palabra de Dios nos dice las condiciones de como caminar en perfecta paz. Tenemos que mantener nuestras mentes o atención fijas en Jesús. [Isaías 26,3] dice "Señor Tú conservas en paz a los de carácter firme, porque confían en ti.¨ No podemos darnos el lujo de que las presiones de nuestras vidas nos desvíen de Dios. Tu paz depende de que mantengas tu mirada en él.

Enfocados en lo que miramos es la segunda cosa que nos robará la atención. Cuando Pedro caminaba sobre las aguas le afectó lo que vio. En estos tiempos ¿qué es lo que nos amenaza? Es imposible prender la televisión, leer un periódico, o leer una revista, sin que los reportes nos llenen de miedo, dudas y desaliento. Pero como hijos de Dios, no tenemos que movernos por lo que vemos. No nos podemos dejar llevar por nuestra situación económica ni por ninguna crisis mundial.

El espíritu de temor no se debe apoderar de nosotros. Dios no nos ha dado un espíritu de temor sino de amor, y de poder. [2 Timoteo 1,7].

Podemos extender la mano de fe y obtener las promesas de Dios. Podemos tener paz en medio de la tormenta,. porque Jesús nos dio paz. Así que en vez de enfocarnos en lo que vemos o sentimos, mantengamos nuestra mirada en Dios y su Palabra y dejemos que la paz inunde nuestras vidas.
Oración:
Padre, ayúdame a mantener mi mirada firme en ti,
y así poder caminar en tu perfecta paz. Amén


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