De los cuentos de Isabel

La otra 

Ella entró a la casa de sus abuelos, se dirigió al ala oeste y apareció ante ella su marido.
-¿Qué haces aquí? – preguntó.
-Te estaba esperando- respondió él
-¿Aquí? – replicó sorprendida
Notó  que estaba nervioso y ella sospechó algo...
-¿Qué me estás escondiendo?- inquirió ella, mientras caminaba hacia el lugar de donde él había salido.
Entonces la vió. La otra trataba de salir por la puerta de atrás, hacia el tercer patio.
-¡Hey! - le gritó.
La otra volvió la cabeza... otra vez la misma.
-Debí suponer que eras vos – dijo ella con tristeza y resignación. Sintió una rabia intensa y deseó hacerla desaparecer.
-Te vas a ir de aquí pero antes vas a llevar tu merecido – le dijo.
La agarró por los cabellos, le pegó en la cara, la arañó... la otra solo se tapaba la cara y el marido miraba sin hacer nada.
Luego ella sintió que lo que estaba haciendo no valía la pena y la dejo ir.
Entró a la sala contigua, allí se encontraba su madre, quien hablaba por teléfono.
-Hijita – dijo – no vale la pena hacer todo eso.
-Es verdad – respondió ella – no vale la  pena – repitió.
-Creo que lo voy a dejar ir. Si tanto la quiere  que se vaya con ella, me cansé de luchar y no voy a lograr que él no la quiera, verdad? – dijo triste y abatida ella.

Se sentó junto a su madre mirando el vacío, así vacía se sentía ella.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Sáname Señor" - Ricky Penman Schmidt

¡Viva Santa Cruz!

Y al final me llamaron Patricia

LAUDATO SII, MI SIGNORE

Para elegir terapeuta