De los cuentos de Isabel
En
peligro
Estaba en lo alto de una montaña, frente a un río
caudaloso de aguas transparentes, de corrientes rápidas y grandes piedras.
Corría peligro, debía saltar...
Me sentí fascinada por el río, se veía hermoso, poderoso
y ... peligroso.
No tuve alternativa, alguien me seguía... salté.
La corriente me llevó rápidamente sin hacerme daño. De
pronto escuché un ruido ensordecedor: una cascada, busqué donde agarrarme...
unas plantas a la orilla del río me ayudaron, me sostuvieron. Sabía que no
podía aguantar mucho tiempo, debía tomar una decisión. Decidí arriesgarme, nadé
con todas mis fuerzas atravesando en contra la corriente el río y llegué a la
otra orilla. Pensé que podía subir aquella montaña pero cuando empecé a escalar
me dí cuenta que su pendiente era muy vertical y podría caer, no tenía de dónde
sostenerme.
En eso apareció mi prima, Sara, y me dijo en susurro,
suavemente “Isabel vení por aquí “ y me mostró una cueva en una saliente de
la montaña, yo no veía ninguna salida pero confiaba en ella, la seguí, me dejé
llevar y guiar.
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