De los cuentos de Isabel
Camino
Estaba parada en las ruinas de una casa, era una noche
oscura pero podíamos vernos vivos y muertos.
Al lado mío se encontraba el fantasma de mi padre y frente
a nosotros un hombre muerto.
Entra corriendo Susy, la que fuera secretaria de papá.
-
Doctor,
doctor! Tiene que venir urgente!
-
No
puedo dejar a Isabel sola, ella tendrá miedo...
-
Vaya
papá no tengo miedo a los muertos.
-
Estarás
bien?
-
Si,
vaya tranquilo.
Me quedé con el muerto y mirándolo de cerca le vi
parecido al pariente de un amigo. Ni bien lo reconocí apareció en mis sueños su
esposa y su hijo, llorando y explicándome su muerte.
Como si algo me urgiera salí de esa casa, si se la puede
llamar así. Pues todo el pueblo estaba en ruinas, sí ruinas en las que quedan
piedras sobre piedras, sin ventanas ni puertas, sin piso ni techo.
Caminé por lo que era la plaza y dí una vuelta de
180° para mirar. Me dio tristeza, no
veía solo las casas sin techo, no veía sólo los muros caídos, no veía sólo la
soledad ni oía solo el silencio. Miraba el dolor ajeno, la maldad que lleva a
la destrucción.
Seguí caminando, atravesé todo el pueblo, al frente mío
apareció una montaña que nunca antes había visto en ese lugar.
Las velas dispuestas como en la Iglesia a los dos lados
del sendero me invitaban subir por él.
Subí la montaña, admirando el paisaje, o lo que me
imaginaba de él, pues al ser una noche oscura, solo veía lo que me permitían
las velas.
En mi camino aparecieron fantasmas o ángeles que venían a
guiarme, no tuve miedo, me sentí fortalecida con su presencia.
Cuando pensé que llegaba a la cima, ante mí apareció una
pared inmensa. No te detengas alguien me susurró en el oído, sólo tienes que
rodearla.
Y si bien era peligroso no morí en el intento.
Rodeé la pared y llegué a un recinto sagrado. Era un
cementerio, donde habían tantas tumbas como velas encendidas.
En aquel momento apareció Suelí, una prima que en el
cielo con seguridad se encuentra y me dijo:
-
Dale
los vestidos que te regalé a Silenia, tenés que ser con ella como fui con vos.
-
¿Pero
ella los querrá?
-
Verás
que se sentirá feliz de tenerlos.
No terminaba de decirme eso cuando apareció Silenia,
venía hacía mi sonriendo:
-
Gracias
Isabel por los vestidos que me das.
No se porque callé, no se porque no le dije que ese era
el deseo de su madre que está en los cielos.
Comentarios
Mi nombre es Emilio, soy un chico español y vivo en un pueblo cerca de Madrid. Soy una persona muy interesada en conocer cosas relativas a la cultura, el modo de vida de los habitantes de nuestro planeta, la fauna, la flora y los paisajes de todos los países del mundo etc., en resumen, soy un persona que disfruta viajando, aprendiendo y respetando la diversidad de la gente de todas partes del mundo.
Me encanta viajar y conocer en persona todos los aspectos mencionados, pero, por desgracia ya que esto es muy caro y mi poder adquisitivo es bastante pequeño, se me ocurrió una manera de viajar con la imaginación por todos los rincones de nuestro planeta. Hace unos años empecé una colección de sellos ya que esta actividad me permite conocer de una forma original algunos aspectos como la fauna, la flora, los personajes, los monumentos etc. de todos los países. Como desgraciadamente, cada día resulta más difícil conseguir sellos, hace algún tiempo que he comenzado otra colección en la que mi meta sería conseguir al menos una carta de cada país y territorio con autonomía postal en el mundo. Este modesto objetivo es factible de alcanzar en la mayor parte de los países, pero por desgracia es imposible de lograr en otros distintos territorios por varias razones, ya sea porque son países en guerra, ya sea porque son los países con pobreza extrema o porque por algún motivo, su sistema postal no está funcionando adecuadamente.
Por todo ello me gustaría pedirle un pequeño favor:
¿Sería usted tan amable de enviarme una carta por correo tradicional de Bolivia? Entiendo perfectamente que usted piense que su blog no es el lugar adecuado para pedir esto, e incluso, es muy probable que usted ignore mi carta, pero me gustaría llamar su atención sobre la dificultad que tengo para recibir una carta desde ese país, ya que yo no conozco a nadie ni a dónde escribir en Bolivia con el fin de aumentar mi colección. Una carta para mí es como un pequeño recuerdo, es como si hubiese visitado ese país con mi imaginación y al mismo tiempo, la llegada de las cartas desde un país es un signo de paz y normalidad y una forma original de promocionar un país en el mundo. Mi dirección postal es la siguiente:
Emilio Fernández Esteban
Calle Valencia, 39
28903 Getafe (Madrid)
España
También me gustaría invitarle a visitar mi blog: www.cartasenmibuzon.blogspot.com allí, si usted lo desea puede echar un vistazo a mi colección y de esta manera comprender de una manera más gráfica porqué le hago esta petición.
Por último, quisiera darle las gracias por la atención prestada a esta carta, y tanto si usted puede ayudarme o si no, le envío mis sinceros deseos de paz, salud y felicidad para usted, su familia y todos tus seres queridos.
Atentamente
Emilio Fernández