Entre relatos y otras historias

En mi vida he recibido muchas bendiciones de Dios, una de ellas es la presencia de personas que me inspiran y me guian: Santos y Santas, la mayoría ya murieron pero también hay otros que aún viven y todavía no han sido declarados santos pero con seguridad lo son ante Dios. Hoy voy a nombrar a mis favoritos, para celebrar de este modo el Día de Todos los Santos, que es mañana 1 de noviembre. Santa María, Virgen madre de Dios. Gracias madrecita por ser mi compañera, mi amiga, mi consejera, mi guía. Me consagro a Tí, ruega por mí, gracias por llevarme a Jesús. San José, ejemplo de esposo y de padre. Te consagro a mi esposo, mi matrimonio,mi familia, mi trabajo, intercede para que siempre brille Jesús en mi vida, como brilló en la tuya. San Francisco de Asís, gracias por enseñarme a amar a todos y a todo lo que me rodea y a gustar de todo lo creado por Dios Padre. Gracias por mostrarme el amor de Cristo, gracias por hacerme disfrutar de las gracias y favores del Espíritu Sa

Hoy no escribiré sobre la belleza de la vida Con el corazón hastiado cansado por la falta de perdón abrumado por no saber amar ni ser amado Empachado de tanto resentimiento Aburrido de tanta maldad Te lo  dejaré a tus pies, Señor Sánalo, libéralo, transfórmalo, sálvalo, Mi corazón, es todo tuyo, Señor. .

Besa despacio detiene el tiempo Disfruta los labios húmedos de amor Toma el espacio de la boca que te ofrece su corazón.

Quiera Dios regalarme su gracia este día para amarte Quiera Dios brindarme hoy alegría para sentirte Quiera Dios enviarme un guía para encontrarte.

Dios nos invita a ser parte de su Reino. Y está preparando una gran fiesta para recibirnos. Pero no basta haber sido invitado. Se necesita asistir en traje de fiesta. ¿Y cuál es ese traje de fiesta? La vida de gracia santificante. Que el vestido de nuestra alma se encuentre tan limpio y tan blanco como el día de nuestro bautismo. Sólo así participaremos en el banquete del cielo.¿Cómo prepararnos? Orando mucho, por ejemplo, rezar el rosario diario. Participando en misa, confesandonos frecuentemente y comulgando diariamente. Leyendo, meditando y practicando la Palabra de Dios. Cumpliendo los mandamientos de Dios y las obras de misericordia corporales y teologales.   ¡Gracias Padre por tantas opciones para conseguir vestirnos con tu Gracias Señor!

¡Misericordia Dios mío! Yo no soy la mujer virtuosa de la que hablan en Proverbio 31. Sirva el amor que siento y me ampare tu bondad. Ten en cuenta la entrega que te hago: cuerpo, alma y mente Con todas mis miserias y mis debilidades. Te imploro, de rodillas, que aumentes mi fe, mi esperanza y mi caridad, Te pido, de corazón, que me llenes de tu Santo Espíritu, con dones y carismas. Para asemejarme a la mujer virtuosa que tu esperas, como la que describe Proverbio 31. Poema en honor a la mujer perfecta (Proverbio 31,10-31) Una mujer de carácter, ¿dónde hallarla? Es mucho más preciosa que una perla. Sabe su esposo que de ella puede fiarse: con ella saldrá siempre ganando. Le reporta felicidad, sin altibajos, durante todos los días de su vida. Ella se ha conseguido lana y lino porque trabaja con manos hacendosas. Como los barcos de los comerciantes, hace que su pan venga de lejos. Se levanta cuando aún es de noche para dar de comer a los de su casa.

Odas a mi nombre Yo, Patricia ¿mujer noble yo? Si la nobleza es amor Si la generosidad cuenta Si proteger al débil es requisito Si la alegría y el buen humor la describe Si ser intuitiva, sensible y perseverante la reconoce Puedo decir que noble soy yo. No me den cosas sencillas Amo lo complejo y lo elevado, lo que se siente y lo que se presiente. Y aunque muchos lo duden, hasta yo misma, a veces, amo la dignidad y el renombre, lo bello, lo que crece y engrandece. Y nada quiero de lo que soy y de lo que tengo para disfrutarlo sola, yo necesito compartirlo todo con mi amor, mi tesoro.

JUICIOS   Recuerdo a la querida tía Amalita cuando, en las clases de Formación Humana, nos hablaba del cuidado que debíamos tener al juzgar a los demás. Ella decía “mira lo que haces cuando apuntas a otro, con tu dedo índice estás señalando al otro pero tus otros tres dedos doblados te apuntan a ti”. A pesar de esa advertencia, que nos repitió año tras año, una y otra vez me encuentro criticando a alguien. ¡Y cuántas veces lo que critico a los demás, son mis propios errores!, sólo que no los veo. A veces, la intolerancia me lleva a juzgar a las personas. Por ejemplo en misa, cuando un niño juega o llora, me molesta que la persona que lo acompaña no le enseñe a comportarse o por último que lo saque o lo lleve atrás. Tengo que hacer un esfuerzo para concentrarme en la celebración y pedir al Señor aumente mi caridad y mi tolerancia hacia los demás, en especial hacia aquel que me molesta. Hoy Kempis, en su libro Imitación de Cristo, me indica una razón más para evitar emitir jui

CÁNTICO A LAS CRIATURAS   de San Francisco de Asís Texto original en dialecto umbro           Altissimu, onipotente bon Signore, Tue so' le laude, la gloria e l'honore et onne benedictione. , Ad Te solo, Altissimo, se konfano, et nullu homo ène dignu te mentovare. Laudato sie, mi' Signore cum tucte le Tue creature, spetialmente messor lo frate Sole, lo qual è iorno, et allumeni noi per lui. Et ellu è bellu e radiante cum grande splendore: de Te, Altissimo, porta significatione. Laudato si', mi Signore, per sora Luna e le stelle: in celu l'ài formate clarite et pretiose et belle. Laudato si', mi' Signore, per frate Vento et per aere et nubilo et sereno et onne tempo, per lo quale, a le Tue creature dài sustentamento. Laudato si', mi' Signore, per sor Aqua, la quale è multo utile et humile et pretiosa et casta. Laudato si', mi Signore, per frate Focu, per lo quale ennallumini la nocte: ed

Vida sin espejos (cuento corto) Por eso no tengo espejos. Anoche me sacaron una foto, ¿era yo esa gorda? No señores, yo no me veo así. La balanza podrá decir 80 y algo más de kilos, que para mis 1,57 cm se consideran obesidad, pero yo no me veo así. No es cuestión que me lo digan, no es cuestión que me regalen un espejo. Ni será necesario que me lleven a la psicóloga. Mi mente, mi corazón y mi espíritu me dicen lo delgada que soy, y eso para mí, basta. Cuando cierro mis ojos me veo tal cual soy. Un ser hermoso, brillo con mi propia luz de amor y felicidad. No es una luz brillante, es un azul celeste que llena de paz. Y bailo, me muevo cadenciosa, aun cuando no percibo ninguna música. Sintiendome así, delgada y radiante,  voy de compras. Miro las vitrinas y elijo un traje. Me molesta que me digan que no hay mi medida. Si ni siquiera me preguntó qué talla era. ¡Qué mala atención! En una tienda veo un vestido que me gusta, la señora que atiende muy amable, me indica donde probarme